Por: Alma Febus
Una pausa obligatoria para mirar ampliamente el modo en que nos amamos, el modo en que amamos y somos amados. ¿Se puede aprender a amar? Ante todo, deberíamos saber con certeza, que es AMAR.
Si confundimos el amor con el deseo, no tendríamos que aprender, porque la naturaleza nos ha creado genéticamente a todas las especies para que deseemos al otro y para qué nos reproduzcamos, pero la realidad es que eso no es amor. Considero que cuando se expresa que el amor es ciego, existe una gran confusión, pues el amor debe ser LUCIDO, el deseo es ciego. Entonces si el deseo no es amor, sino tendencia hacia el cuerpo del otro; ¿Se puede aprender a amar? Definitivamente, sí. Y para mí amar implica tres acciones particulares: Amar es la voluntad de COMPRENDER al ser amado, amar es CUIDAR y amar es INSPIRAR. Y las tres funciones, los tres verbos se pueden aprender.
Se tiene que aprender a comprender, se tiene que aprender a cuidar y se tiene que aprender a inspirar. Sin duda alguna, AMAR se aprende. Que tratamos de expresar cuando alguien te dice que te ama o cuando tú dices que le amas? Si te expresan que te aman, pero no te cuidan, te están amando? Si te expresan, te amo, pero no te escuchan o no se trata de comprender tus circunstancias, te están amando? Si te expresan que te aman y no te ayudan a ser mejor persona, mejor trabajador, mejor ciudadano, te están amando? Creo que hemos confundido el amor con el deseo, con el querer, con la posesión y a mi modo de observar son otras cosas, aquellas que guardan relación con quién es cada cual y aún así decidimos caminar juntos y en ese caminar decidimos comprendemos, cuidarnos e inspirarnos el uno al otro, realizarnos juntos.
El amor es una suma de lenguajes, está el lenguaje de los valores compartidos, el lenguaje de la ternura, de la lujuria, del deseo, del proyecto de vida compartido, de la plenitud compartida, de los sueños. Existen tantos lenguajes en el amor, por tal razón es importante investigar, leer todo sobre el amor. Víctor Frankl, por ejemplo, es un autor clásico, que todos tendríamos que leer, además muchos de los autores contemporáneos, porque nos ayudan a reflexionar y a comprender el más elevado de todos los valores, que es el amor. Nos hemos planteado el amor, desde el desamor, a partir del duelo, cuando te preguntas, qué ha sucedido, lo cual no sería necesario si nos educáramos, si nos instruyéramos, si fuésemos más reflexivos.
El amor, sin duda es un lenguaje en el que si no te han educado desde pequeño, tendrás la responsabilidad de educarte e instruirte. La educación va por el lado de tus valores y la instrucción por el lado del estudio, básicamente tienes que leer, observar, escuchar y conocer. Una forma genial para educarnos, asociada a los valores, también está totalmente relacionada con la Autoestima, si no eres capaz de amarte bien, no podrás amar bien al otro y debes saber que para amarte bien, antes que nada debes conocerte bien, porque no se puede amar lo que no se conoce. “Entre el dolor y la nada, prefiero el dolor.” Del libro: La economía de las caricias. Se ha investigado que el ser humano además de necesitar agua, luz, alimento, necesita caricias y que cuando no tiene caricias positivas, que son aquellas que nos invitan a sentirnos bien, por ejemplo: un te quiero, que buen trabajo has hecho, caricias de reconocimiento, cuando no existen esas caricias positivas, buscamos caricias negativas, porque es preferible a quedarse sin caricias. Es algo así, si establecemos alguna analogía como preferir tomar agua en mal estado a no tomar agua, si estuviésemos sedientos.
Lo mismo sucede con la ternura y con el amor y por lo tanto eso explica el por qué muchas personas entran en relaciones conflictivas, no solo a nivel de pareja, incluso relaciones en el trabajo, el niño que se revela con sus padres, el adolescente, porque necesitan ser mirados, vistos, reconocidos. Si no sé cómo obtener una caricia positiva, inconscientemente colocaré en marcha mecanismos para obtener tu atención. Ciertamente todo esto induce a la discusión, al grito, al conflicto, al malestar, pero al menos nos miramos, hablamos, mejor así, qué ignorarnos, aunque se lea absurdo. Es muy interesante conocer algunas teorías psicológicas que poseen una base empírica de observación muy potente que podrían ubicarnos en un nivel de conciencia más elevado que nos permita experimentar justamente el amor que es CONSCIENTE, porque eso es el verdadero amor, CONSCIENCIA. Cuanto mayor es el conocimiento, la compresión mejor podrás articular el amor al ser amado. Existen parejas que suman mucho más que dos, así como el hermoso y emblemático poema de Mario Benedetti: “Te quiero.” Dicta, que somos mucho más que dos. Del mismo modo existen parejas que se destruyen, se anulan, adquieren un resultado de cero o negativo. Es como irónico, nadie desea manejar un proyecto empresarial sostenido en pérdidas, en cambio muchas personas viven en pérdida continuamente cuando se encuentran en una relación de pareja insana, seguramente porque no saben cómo amar, mucho menos como amar cada día más y mejor, no se han educado, por lo tanto no poseen una referencia que resulte efectiva, debe haber un marco de referencia, aunque sea a nivel de literatura, un marco histórico, si no existiese la vivencia en directo a través de la observación que se supone sucediera en nuestro hogar a través de la relación de nuestros padres o abuelos, algún afecto cercano.
La mujer cuando no está bien, ya está mal y el hombre cuando no está mal, ya está bien. Cada género posee un nivel de exigencia distinto, aunque no podemos generalizar. Es probable que las mujeres tengan la tendencia a ser más exigentes, porque naturalmente poseen una mayor capacidad para darse, el hombre sin duda es más simple. No necesariamente nos irá mejor como pareja si fuésemos demasiado distintos, no tendría que haber igualdad, es decir, si fuésemos iguales sería aburrido, tendríamos que hacer fila hasta para pensar, imaginen, pero debería haber similaridad. En la medida en que compartimos valores, al menos en la temática pertinente a los valores debería haber similitud, entonces todo lo demás podría ser manejable. Una mirada de la vida, del mundo similar. Sucede que podríamos enamorarnos de personas que son muy distintas a nosotros, sobre todo cuando somos más jóvenes y con el tiempo, sucede con frecuencia que resulta difícil que la relación emerja.
Un ejemplo: A mí me encantan los animales, necesito un perro en mi vida y creo que si tuviese una pareja a la cual no le gustasen los animales, que viese a un perrito hambriento en algún lugar y no se inmuta, considero que resultaría inaceptable para mí. Realmente es un asunto de valores, en esta situación la compasión está implicada y definitivamente no podría hacerme cómplice de un acto donde no existe la compasión, por lo tanto considero que una relación de esa categoría, donde no se comparten los valores no funcionaría o al menos no funcionaría cabalmente. Y si a eso le vas sumando una y otra situación, donde alguien tiene que renunciar a algo de sí mismo que le resulta sagrado, si algún elemento en tu relación representa un sacrificio o tu anulación tiene que suponer el darle vida a la relación, entonces no, así como dictan los versos de un cantautor puertorriqueño maravilloso, llamado Mikie Rivera: “Entonces No, no, no cantaré.” Podemos ser distintos y encontrarnos en un punto para evaluar si logramos construir desde lo que somos y así multiplicar, pero sin tener que renunciar a nuestros valores, a nuestra ética, básicamente a nuestra DIGNIDAD, la misma que figura como el LIMITE del amor. El amor es dignidad, de otro modo no es amor. La lejanía y la indiferencia terminan como la inercia aparentemente cómoda, pero que es fruto de la resignación y de la cobardía, en la cual muchas parejas se instalan en una profunda tristeza o en un ir haciendo, pero sin ningún tipo de nutrición emocional, física o espiritual. El temor al cambio, el reconocer que no estás bien, pero tampoco tan mal y te causa pereza el tener que encontrar un nuevo camino, el abrir otra puerta o simplemente si la puerta está abierta, tendrías que pasar y no te encuentras en la disposición, ese temor que resulta empobrecedor. Colocar sobre la mesa la falta de ternura, de sexualidad bien llevada, el factor sorpresa que no existe, la ilusión que nunca llega, la falta de atención a los detalles, la ausencia de celebraciones, en fin, ese no sería un buen lugar para estar, pero falta el valor para encarar nuestras miserias.
El amor no es solo un sentimiento, es también un arte y agregaría que también es un misterio. Personas que se han amado a través de casi una vida, uno se marcha antes y el otro le echa tanto de menos, personas que se encuentran en la vida siendo muy jóvenes y logran vivir en amor (enamorados, en amor a dos) a pesar de las discrepancias e igualmente existen personas que se encuentran en algún momento determinado de la vida con ganas de amar, con ganas de darlo todo e intentan, intentan, intentan y nada procede, por tal razón considero que es como un misterio, para algunos es fácil encontrar a la pareja que les acompañará siempre y para otros no. También ocurre que después de intentar hasta el cansancio de repente llega alguien a tu vida que hace que todo sea mucho más fácil que todo lo anterior, por tal razón el amor continúa siendo un misterio, deja de existir esa disonancia que ocurre cuando conoces a alguien con toda la ilusión, pero observas que existen elementos que no encajan, entonces corresponde no engañarse. Para mí el sinónimo de amar es entender la singularidad del ser amado y sus circunstancias, no posee ningún sentido sentir amor por alguien si no tienes la voluntad de comprenderle y de hecho, aunque no llegues a comprenderle, porque en oportunidades sucede que ni tan siquiera nos comprendemos a nosotros mismos, la intención de comprenderle, ya genera un vínculo de confianza. El hecho de que la persona se sienta escuchada, que intentes colocarte en su piel genera unidad. Amar es cuidar, no tiene sentido proclamar el amor si no existe un comportamiento observable de que tú, eso que dices lo haces. Las cosas no se dicen, se hacen porque al hacerlas se dicen solas. Amar es sorprender, no olvidar nunca lo que te hizo triunfar. Si a tu pareja le gustaba ir al teatro, al cine, regresen al teatro y al cine, mirar las estrellas, cocinar, cantar juntos, todo aquello que te funcionaba, retómalo y a su vez incorpora nuevos hábitos, nuevas memorias que sustituyan los recuerdos tristes, los errores. Debemos saber o recordar que cuando Eros muere, no resucita, cuando el deseo se consume, si la llama tintinea y permanece una reminiscencia, se le puede colocar un poquito de maderita seca y la llama volverá a crecer, pero cuando se extingue y solo observas el humo, sabrás que ni soplando lograrás recuperar esa llama, esa llama es Eros. Cuando Eros se consume no existe la resurrección. Que lo puede hacer resucitar antes de que la llama se apague completamente? Muchas cosas, pero entre ellas la sorpresa, porque la emoción de la sorpresa te lleva a la emoción de la alegría y la alegría es la emoción que lleva a la afiliación, a la filia, a la amistad, al reencuentro. Platón hablaba de Eros, el deseo, Aristoteles de Filia, que es la amistad, pero también nuestra tradición judeocristiana nos habla de Ágape, la compasión, la atención al otro y ese cuidar, que es tan indispensable. Como gran asignatura pendiente tenemos el desarrollo de la inteligencia Psico afectiva, no nos han contado nada al respecto, no nos han dicho cómo funcionamos, no nos han dicho que en función del nivel de stress la persona se enferma y por lo tanto se manifiestan síntomas de un perfil psicológico más desconectado de la realidad interior y exterior. Todas esas herramientas que podrían ser explicadas para generar vínculos de amor en todas las dimensiones, relaciones sanas e incluso son herramientas que nos otorgan criterios para poder elegir estar o no estar, pero como nadie nos ha hablado al respecto, continuamos en ese lugar, amando al estilo “Pedro Picapiedra”, donde ella es poesía y el resulta que no sabe leer o viceversa o de lo contrario andamos en ese lugar con la persona incorrecta y las circunstancias incorrectas, muy lejos todo aquello que aspiras en lo más profundo de tu ser, pero que sucede, que no te has educado en voluntad para efectos de defender tu felicidad e inclusive no te has educado en generosidad para efectos de dejar marchar al otro y que obtenga, al igual que tú la posibilidad de encontrar un camino conducente a la plenitud, que en efecto existe. Introducir en nuestra vida los perfiles de personalidad, estructuras de personalidad, cómo funcionamos y en definitiva, cómo ser más inteligentes Psico afectivamente para poder discernir si estamos con alguien que nos hace bien o nos hace mal o si nosotros sin darnos cuenta estamos haciendo mal al otro. “Por una instancia de extasis amoroso hubiera sacrificado todo.” Declaraba Bertrand Russell, son fascinantes sus reflexiones, esa voluntad de amar radicalmente a la cual no todos están llamados, era a la que el aludía constantemente en sus escritos.
Para encontrar un profundo sentido de la vida en términos de la vivencia plena del amor, en esa línea también se encuentra Viktor Frankl, tras su experiencia en un campo de exterminio, como psicólogo, psiquiatra, neurólogo, psicoanalista establece que lo que otorga sentido a la vida es amar a alguien o amar algo. Amar, lo que nos mantiene vinculados, unidos a la tierra, lo que nos genera deseos de vivir a pesar de todo, de las dificultades, del cansancio, del stress, de la miseria moral, de la corrupción, de la estupidez humana que asfixia nuestro planeta, a pesar de todo, lo que nos mantiene unidos es la voluntad de amar y de cuidar, incluso aquello que otros estropean. El propósito fundamental del amor siempre será impulsar la energía más poderosa que tenemos, la que nos une a los demás y nos permite ser felices como forma de estar en la vida a pesar de todo y todos, AMAR. Y si me preguntas si creo en el amor eterno, contesto categóricamente que NO CREO EN EL AMOR ETERNO. Creo firmemente en el amor que trabaja TODOS los días de nuestra vida, pues sólo de este modo tendrá la gran posibilidad de que sea ETERNO. Amar profundo, cada día más y observar atentamente al ser amado para cada día aprender a amarlo mejor.
Por: Alma Febus
Para: Verde-Vida